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manroland: entre la esperanza y la inquietud

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manroland: entre la esperanza y la inquietud

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14410

Construcción de maquinaria de impresión

Con el inicio del procedimiento de insolvencia de manroland el pasado 25 de noviembre, la crisis del sector de la construcción de maquinaria de impresión se cobra una nueva víctima destacada. Clientes, socios comerciales y empresas de la competencia desean saber cuál será el futuro de uno de los mayores fabricantes de rotativas del mundo.

Editoras de todo el mundo emplean rotativas de manroland en su producción diaria. Los usuarios esperan un desarrollo positivo de la difícil situación que actualmente atraviesa la empresa que le permita seguir garantizando el soporte técnico en el futuro.

Ya han pasado los años de abundancia para los fabricantes de rotativas. La inexorable transformación del panorama mediático y la crisis económica internacional han tenido por efecto una caída dramática del volumen de pedidos además de una marcada reticencia a la inversión. Los fabricantes de rotativas han tenido que acometer ingentes medidas de reestructuración, recortes de personal y la recurrente reducción temporal de la jornada laboral.


La consolidación del área de las rotativas de periódicos anunciada hace años por los expertos del sector se inició con el declive de Wifag en la primavera de 2010 (tras fallidas negociaciones de adquisición con manroland), siguiendo poco después (en mayo de 2010) con la compra de Goss por parte de Shanghai Electric y arrastrando también a Solna casi un año más tarde (en abril de 2011), empresa entretanto absorbida por una Wifag completamente reestructurada y más eficiente.


Ahora la tendencia recesionista se ceba con manroland, la segunda empresa fabricante de rotativas de periódicos del mundo, aquejada de mayores dificultades financieras que KBA, su principal competidor, y el proveedor internacional líder de rotativas de impresión Heidelberger Druckmaschinen (que desde hace tiempo no incluye rotativas para la impresión de periódicos en su cartera de productos). El pasado 25 de noviembre de 2011, la empresa se veía finalmente forzada a declararse en quiebra después de que sus principales accionistas, Allianz Capital Partners - ACP (75 %) y la antigua sociedad matriz, MAN (23 %), le denegaran los recursos financieros necesarios y de que un inversor potencial, sociedad suiza de inversión Capvis, se echara atrás en el último minuto.


Eso hacía que, poco antes de Navidades, 6.500 empleados de la empresa en Augsburgo, Offenbach y Plauen tuvieran que temer por sus puestos de trabajo. El 2 de diciembre de 2011 los bancos acreedores aprobaron un crédito masivo por valor de un total de 55 millones de euros, que debía asegurar la continuidad de las operaciones sociales de manroland AG. El responsable de marketing y comunicación de la empresa, Thomas Hauser, aseguraba entonces que sus actividades comerciales continuarían funcionando con total normalidad. “El representante general y administrador de la insolvencia provisional analizará la situación en la que se halla la empresa y estudiará las posibilidades de reestructuración y saneamiento”, explicaba Hauser. A principios de diciembre no se podía obtener más información sobre la situación de la compañía o las consecuencias de la quiebra.


En el momento de cierre de redacción de este número aún no se conocían los diversos escenarios posibles para salvar a la empresa de la bancarrota. Grandes son las esperanzas depositadas en el administrador judicial, Werner Schneider, que en casos precedentes semejantes ha apoyado la continuación de las actividades de las empresas afectadas. Las opciones que se barajan por el momento son:
W la completa adquisición por parte de un inversor ajeno a la industria,
W la completa adquisición por parte de una empresa competidora,
W una venta parcializada, esto es, la escisión de la empresa en dos áreas de negocio: máquinas de bobina (para la impresión de periódicos) y máquinas offset de pliego.
En este último caso, considerado el más probable en las condiciones dadas, los competidores del sector prensa –a los antiguos competidores principales de Alemania se suman los proveedores extranjeros – podrían manifestar interés por la impresión de bobina para reforzar con ello su posición de ventaja en el mercado. Algunos ven el mero mantenimiento de la empresa de forma crítica, dado que las sobrecapacidades existentes solo se podrían repartir entre un número muy restringido de actores, haciendo una segunda ronda de reestructuraciones – y, por ende, de medidas de recorte– inevitable. Obviamente, los clientes de manroland tienen intereses muy distintos: quieren que el fabricante de maquinaria siga presente en el mercado de las rotativas y mantenga el servicio de sus máquinas. También las empresas proveedoras (p. ej. en el campo de la automatización) están afectas.


Manfred Werfel, director ejecutivo de Producción de Periódicos, centro de competencia de WAN-IFRA, afirma: “Tras iniciarse el procedimiento de insolvencia nos han llegado numerosas preguntas y comentarios de los usuarios y competidores de la empresa. Estas declaraciones están marcadas por el deseo de que la empresa logre superar con éxito las turbulencias que actualmente afronta, manteniendo con ello una sana competitividad que garantice la diversidad de mercado. WAN-IFRA también se suma a este deseo”.

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¿Qué augura la situación actual de manroland para el futuro del medio impreso y de la tecnología de impresión? Nos gustaría publicar su opinión sobre los actuales desarrollos del sector. Escríbanos un correo electrónico a la siguiente dirección: [reader@wan-ifra.org]

Autor

Charlotte Janischewski's picture

Charlotte Janischewski

Fecha

2012-01-06 15:12

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